Ultima entrada (sin despedida)

Para esta última entrada, he querido compartir un artículo (realmente dos) sobre España y la economía que me ha gustado bastante, principalmente por su tono humorístico que siempre hace más ameno y accesible estos temas.

En primer lugar, quería recomendar leer "Arreglando España sin morir de aburrimiento en el intento: +10 propuestas que nunca le oiréis a un economista" , de Carlos Asensio. Son ~15 minutos de lectura con cero seriedad, donde algunas de sus propuestas chorra son cerrar durante algunas décadas las facultades de Humanidades, que España se especialice en granjas de GPU, expropiar a la "boomercracia" o acuñar el euro con la cara de Rajoy.

Pero el artículo que realmente quería compartir es "Asumamoslo: Somos pobres", de un tal OrangotanCosmeco, que me ha parecido muy divertido. Hay que tener en cuenta que es de hace un par de años, por lo que algunos datos no son actuales. A continuación, os reproduzco textualmente el artículo:

Asumámoslo: Somos pobres

***

“Que no te espante la pobreza; nadie vive tan pobre como cuando nació”

Séneca

***

La tesis de la niusleta de hoy es muy simple: Somos pobres. Cuanto antes lo asumamos, antes podremos prosperar.

Pero tenemos que asumirlo y actuar en consecuencia.

La cuestión es simple: Tenemos muchas leyes y normas que son lujos de rico. Son leyes y normas que dificultan crear riqueza, como si fuésemos sobrados.

Un ejemplo sencillo: El SMI. Que conste que no creo que el SMI sea lo peor que hay en el marco laboral español, pero sí es bueno para ejemplificar esto de creernos más ricos de lo que somos.

Sabemos que el SMI afecta más negativamente a los menos productivos (jóvenes, mujeres e inmigrantes). Pues bien, tenemos un SMI de 900€ cuando el paro juvenil es del 40%, el de mujeres es del 19% y el de inmigrantes creo recordar que ronda el 30 y pico %.

Esta es una clara medida de rico wannabe. Es como el que se compra un Audi a crédito siendo mileurista. Una sacada de polla a nivel país que no puedes permitirte. Está al mismo nivel que la construcción de AVEs por todos lados.

Y esto te lo venden con mierdas como que cuando subes el SMI la productividad aumenta. Vamos a ver si somos claros en este punto: La métrica de la productividad es una puta estafa y cualquiera que te venda una medida apelando a ella lo más probable es que o sea un imbécil o sea un estafador.

¿Sabes como se mide la productividad? Por hora TRABAJADA. Ojo a esto:

Trabajador A tiene una productividad de 5€/hora. Trabajador B tiene una productividad de 15€/hora. Trabajador C tiene una productividad de 10€/hora. La productividad media por hora trabajada es de 10€/hora.

Entonces escuchamos a los buenos de los economistas, que nos dicen que poner el SMI por encima de la productividad genera paro, y decidimos (con suerte) poner el SMI a 9€/hora, porque está por debajo de la media de productividad.

Ahora, el trabajador A se va a tomar por culo porque con su productividad de 5€/hora no compensa ni por el carajo pagarlo 9€/hora. Pero ojo al truco: Ahora que hemos mandado al paro a ese chaval, no lo tenemos en cuenta para el cálculo de la productividad.

Así que ahora la productividad es de 12.5€/hora. ¡El SMI ha aumentado la productividad! ¡Milagro! Y lo mejor de todo es que ahora podemos poner el SMI a 11€/hora, porque la productividad es de 12.5.

¿Vemos el asunto?

Esto nos pasa por querer ir de ricos. Y por ser gilipollas y no entender las implicaciones de las cosas.

Es un ejemplo.

Otro ejemplo es que, en España, apenas un 36% aprox de la población está sosteniendo al otro 64%. Pensiones, paro, niños, viudas, amas de casa… Todo eso se mantiene con el trabajo del sector privado y una reducida parte del público.

Luego hay otros datos interesantes para entender cómo de pobres somos, esta vez por regiones: Extremadura tiene un salario medio de 1682€ al mes frente a los casi 2250€ al mes de media en España. Ahora, el PIB per cápita es 1621€ al mes frente a los 1974€ al mes de media española.

Esa diferencia son las transferencias que se hacen desde las regiones ricas a las pobres. Y, en realidad, el gap es mayor porque esas transferencias permiten colocar a gente en puestos públicos que deberían desaparecer. Pero bueno, esta no es una niusleta para hacer números sino para apuntar cositas.

El caso aquí es que es muy fácil decir que no quieres una mina de litio cuando, en buena medida, vives del dinero que te mandan desde fuera. Por lo mismo, porque no sabes que eres pobre. Asúmelo, extremeño: Eres pobre.

Abrid la puta mina.

Vale decir que esto es aplicable a todas las comunidades que reciben transferencias desde las más ricas, claro, no es sólo cosa de Extremadura.

Más ejemplos: Políticas verdes y de género y mierdas varias. Muy bien. Pero ¿cómo lo pagamos? ¿Cómo sabemos que vamos a poder pagarlo? Si ni siquiera sabemos cuán pobres somos, ¿cómo vamos a saber si el tradeoff que implica la apuesta por lo verde nos interesa?

Y, ojo, que los políticos igual lo saben (yo creo que no, pero vaya), pero la población no lo sabe. La población se cree que con impuestos a los ricos se arreglan todos los problemas. Y eso sólo lo puedes creer si no sabes que eres pobre, que tú país es pobre y que (aunque suene contradictorio) los ricos de tu país son pobres.

Y que la gente vote y decida cosas sin tener la información real de una situación es una estafa democrática. Que a mí me la suda la democracia, pero se supone (se supone) que a la gente normal no.

Un país pobre no puede permitirse prohibir los coches de gasolina. Al contrario. Debe bajar el precio del diésel.

Que sí, que todos queremos aire más limpio y sentir que salvamos el mundo. Pero eres pobre, hijo de puta, date cuenta.

¿Vas a obligar al chaval de La Línea a comprarse un Tesla? ¿Al transportista de Mérida con furgonetilla? ¿Eres retrasado?

Un país pobre necesita panchitas asando mazorcas de maíz en la playa en una barbacoa hecha con un bidón y sin carné de manipulador de alimentos.

Ya lo siento. Ya sé que te molesta ver pobres, querido zurdo, pero es lo que hay.

Podemos seguir medidas “copiando a los países de nuestro entorno”, lo que significa seguir gastando y estableciendo normas que no podemos permitirnos para que nos acepten en su club de guays.

España es como esa familia de clase media que recibe un ascenso y se compra a crédito una casa en un barrio pijo y, al vivir entre pijos, tiene que seguir su tren de vida: Colegio privado, buen coche, club de golf, cenas caras… Y lo financia todo a crédito o a costa de reventarse la salud.

No es sostenible. Se acabará cayendo.

Esos pijos lo son porque tienen dinero. Y tienen dinero por ciertas prácticas a lo largo de años, cuando no de generaciones. Igual que los países que tratamos de copiar. Esos países tienen normas que son lujos porque tienen dinero para permitírselas, pero ese dinero no vino de esas normas.

Vino de otras políticas. Políticas que no copiamos.

Así no vamos bien.

Copiamos el gasto y no los ingresos.

Buena suerte con eso.

La cuestión es simple: Sólo aceptando la realidad de que somos pobres podremos salir de la pobreza. Mientras sigamos creyendo que somos ricos pero el dinero se lo quedan los ricos o los políticos (aunque haya parte de verdad en ello), no vamos a salir del pozo.

Y lo peor es que no aceptamos esta realidad porque a España, el país tan súper de izquierdas, le da miedo ser pobre.

Y llevamos así mínimo dos décadas.

A ver quién es el guapo que dice ahora que el rey está desnudo.

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